"Cuenta la leyenda que un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, lugar y circunstancias. El hilo puede tensarse o enrollarse, pero nunca podrá romperse.
La leyenda del hilo rojo del destino, que nació en Asia, nos relata que todos nacemos con un hilo rojo atemporal e invisible atado a nuestro dedo meñique y que a su vez está unido mediante hebras a personas que están destinadas a compartir nuestro destino, personas que ni siquiera conocemos pero necesarias y que en algún momento de nuestra vida nos encontraremos."
La leyenda del hilo rojo del destino, que nació en Asia, nos relata que todos nacemos con un hilo rojo atemporal e invisible atado a nuestro dedo meñique y que a su vez está unido mediante hebras a personas que están destinadas a compartir nuestro destino, personas que ni siquiera conocemos pero necesarias y que en algún momento de nuestra vida nos encontraremos."
Una vez un chico me dijo: "Creer en el destino es tener una filosofía de vida cobarde y vacía". Obviamente me ofendió su comentario en dos aspectos, básicamente nadie puede juzgar las creencias o ideologías de nadie. Cada uno cree en lo que quiere creer, y en la medida en que eso no perjudique a otras personas no tiene porque ser desestimado por nadie. Y por otra parte, yo estaba convencida de que por algo habíamos coincidido en tantos lugares hasta finalmente empezar a hablar. Yo creía firmemente que había algo que hacia cruzarnos... finalmente el tiempo me dió la razón.
Hace unos días coincidimos en tiempo y espacio, no en el habitual, sino en un lugar en el cual ninguno frecuentaba. Al verme y después de cruzar algunas palabras exclamó: "Que loco, no?". Mi respuesta fué: "Que cobarde y vació tu comentario, es una coincidencia que nos crucemos acá". Al haber captado mi ironía sonrió, de esa manera en la que uno dice: Ok, tenes razón.
Mi punto no es querer tener la razón, sino que a todos nos cuesta creer en algo que no sea tangible. Algo que sea mas fuerte que nosotros, del cual no tengamos poder alguno para controlarlo.
Yo creo que todas las personas que conocemos, se queden para siempre o estén de paso, influyen en todo lo que nos pasa, sentimos... vivimos.
Nada existe por azar, al igual que nada se crea de la nada. Todo tiene
una causa, la cual no siempre tenemos la capacidad de comprender, y si tiene una causa estaba predestinado a existir desde el
momento en que la causa surgió.
Voy a seguir creyendo en el destino, agradezco por las personas que forman hoy parte de mi vida, porque ayudan a definirme día a día. Y aquellas que ya no están en su momento también lo hicieron, si ya no son parte es porque seguramente era lo mejor para nuestro presente.
No se que me deparará el destino mañana, pasado, o el dia siguiente, pero si se que lo que pase es porque se suponía que debía ocurrir... mi hilo rojo estará completamente enrollado, pero jamás se equivoca.